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Vivir conscientemente hoy
El día 15 de diciembre iniciaremos un ciclo de actividades bajo el lema: “Vivir conscientemente”.
En las sesiones exploraremos en qué consiste, desde nuestro punto de vista, tomar conciencia de la realidad que vivimos y obrar en consecuencia.
El método de Cafh nos provee de numerosas herramientas para el trabajo interior que presentaremos a lo largo del ciclo. Estamos seguros de que al menos fomentará entre los participantes el diálogo para compartir propuestas y experiencias.
Gracias por animaros a participar y por invitar a quienes creáis que puedan estar interesados.
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Celebramos el 50º aniversario de Cafh en España
El 11 de Septiembre de 1971 se fundó Cafh en España.
50 años después estamos celebrando ese acontecimiento.
Celebramos la siembra en ese momento de una nueva semilla de desenvolvimiento espiritual en el mundo.
Celebramos el poder transformador de la vocación de desenvolvimiento espiritual que impulsa a dar lo mejor de uno mismo para colaborar en generar un bien para el mundo.
Y celebramos la ayuda del método vital de Cafh que nos permite aprender a concretar en nuestra vida ese bien que queremos para todos.
50 años son un soplo en la inmensidad de la vida.
Cada segundo de ese soplo, de esos 50 años, es una dimensión de eternidad. Eternidad concretada en nombres y apellidos, alegrías y tristezas, espacios abiertos y otros limitados.
Cada segundo de esos 50 años es vida concreta y real, testimonio e inspiración del bien del desenvolvimiento de nuestro estado de conciencia y de su aprendizaje.
Una tarea así no termina nunca. Atrevámonos a seguir desenvolviéndola.
Os presentamos lo ocurrido en esta celebración:
la mesa redonda del 10 de Septiembre 2021, “Mística del siglo XXI“
y los actos del 11 de Septiembre.
Esperamos que os gusten.
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Fiesta del 50º aniversario de Cafh España
Aquí puedes ver el vídeo completo (120 mn.)
O un extracto de la celebración. (29 mn.)
Puedes acceder a los siguientes fragmentos más relevantes:
- Saludo de Ana Cristina Flor. (13 mn.)
- Saludo de José Luis Kutscherauer (7 mn.)
- Saludo de Jorge Waxemberg (7 mn.)
- Algunas experiencias personales e ideas acerca de los inicios de Cafh en España, su desarrollo y su futuro (23 mn.)
También puedes ver la mesa redonda sobre la “Mística en el s. XXI”.
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La mística en el s. XXI. Mesa redonda
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Aniversario de Santiago Bovisio
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84 años de la fundación de Cafh
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2020 un año para recordar
Durante este año 2020 hemos vivido muchas cosas que nos han puesto a prueba.
Hemos vivido momentos dolorosos y también alegres. Momentos de luz y también de oscuridad. Y, especialmente, momentos de inseguridad e incertidumbre que todavía no han acabado. Momentos en los que no sabíamos quién nos podía contagiar del Covid19 ni cuándo ni cómo. Hemos tenido que aprender a convivir con amenazas que aunque las conocíamos, siempre las desechábamos.
Este año nos hemos encontrado con la fragilidad de nuestras seguridades basadas algunas de ellas en la negativa a ver lo que no queremos ver y a desechar en lo cotidiano lo que sabemos que existe pero nos incomoda.
Este año nos hemos encontrado con nuestras debilidades y también con nuestras fortalezas.
Una de nuestras muchas fortalezas como seres humanos es saber poner conciencia en nuestras debilidades. Y en nuestras fortalezas.
Nuestras inseguridades no nos debilitan.
Reconocer que formamos parte de una realidad que no termina en nuestros planteamientos ni la cerramos con lo que conocemos, no nos debilita. Nos mueve a aprender la realidad de lo que es, a abrirnos a lo que no sabemos en lo cotidiano, a impulsarnos desde lo que vemos a lo que todavía no sabemos ver.
Una de nuestras fortalezas es saber que no sabemos todo. Y tener la humildad de aprender para dar mejores respuestas en la vida y, especialmente, para poder ayudar.
Quien sabe realmente sobre algo puede ayudar de una manera que el que no sabe, lo intenta.
Para saber algo de lo que es, necesitamos validar la realidad de lo que ocurre, como es, independientemente de si me gusta o no. Dar prioridad a la observación de lo que está ocurriendo y descubrir lo que me enseña. Ante la inseguridad de que no se, puedo elegir la seguridad de querer aprender lo que no sé.
Las mentiras, los relatos que intentan construir una realidad paralela, nuestra identificación con las historias que construimos con nuestros pensamientos, refuerzan nuestra ignorancia y nuestro dolor.
Busquemos descubrir la realidad en la que vivimos y responder a ella lo que se necesita para mejorarla. Desde lo más cercano a lo más lejano. Desde este instante a la eternidad.
Una de nuestras fortalezas es nuestra conciencia. Nuestra capacidad de darnos cuenta y actuar en consecuencia.
El desenvolvimiento de nuestra conciencia nos hace fuertes interiormente. Una fortaleza que todavía no conocemos bien. Que no necesita de seguridades o inseguridades ni depende de pensamientos Que se asienta en la vida, así como ésta es.
Demos en este 2021, pasos firmes, abiertos, decididos en el desenvolvimiento de nuestro estado de conciencia.
Es nuestra misión y nuestro legado.
Les bendice con todo cariño a cada uno/a de ustedes y a sus familias.
Fernando Bernal
27.12.20 -
Saludo de Fin de Año
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Aprendiendo de la pandemia
La Directora de Cafh nos interpela acerca de la pandemia y cómo nos impacta a nivel individual y colectivo:
Cómo nos afecta la pandemia a nivel global y qué podemos aprender espiritualmente a partir de esta experiencia tan inédita en la humanidad? La pandemia nos ha colocado en una forma inapelable, frente a nuestra condición humana; frente a la incertidumbre; frente la presencia de la muerte; y también frente a nuestra interdependencia como seres humanos, que podría decir nuestra interdependencia esencial. Y esta condición no sucede ahora porque estamos en una pandemia, siempre es así. Es decir, la pandemia tal vez lo que ha hecho es poner delante de nuestra conciencia, de manera inapelable, esta condición de que estamos siempre frente al insondable desconocido. -
Misión Anual 2020 (2): escuchar con el corazón
La Misión Anual 2020 nos invita a hacer de la escucha activa una práctica diaria y a escuchar con el corazón cada vez que se nos brinde una oportunidad.
La escucha con el corazón nace de la confianza en que el encuentro entre dos personas puede ser muy enriquecedor. No es simplemente un intercambio de información que resulta útil para los intereses de uno y otro, sino que estimula la creación de un vínculo entre ambos a partir del cual a uno le importa el otro. Cuando concedo importancia a alguien, se realza el valor de su persona, empieza a ocupar en mí un espacio que antes no tenía, aprendo a ver a través de sus ojos, y resuenan en mi corazón las mismas vibraciones que laten en el suyo.
En un encuentro como ese, tan genuino, me puedo ver afectado emocionalmente cuando me abro a escuchar; pero no tengo miedo cuando escucho con el corazón: una expresión de alegría se me contagia, una expresión de tristeza me conmueve, la rabia que me expresa quien me habla me alerta contra la ira que hay en mí, y el odio que le avergüenza me interpela sobre los límites de mi tolerancia. Al reconocer en mí sus emociones, ya no son solo suyas; sus sentimientos no son ajenos a mí; por eso, en lugar del miedo por lo que nos encontramos, generamos confianza y hasta una cierta complicidad porque nos sentimos ambos reos de unas pulsiones que tanto él como yo tenemos.
Cuando escucho con el corazón los pensamientos de otra persona también concedo importancia y valor a su punto de vista; si son distintos de los míos, en lugar de rechazarlos, los valido, les concedo un lugar propio, y aprecio que son fruto de una perspectiva singular que puede aportar luz para comprender un problema. Si son similares a los míos, no me conformo con la aprobación mutua, sino que confío en que a través del diálogo se pueden abrir nuevos significados que nos permitan ir más allá de lo que creemos cierto.
La escucha de corazón pone en juego la totalidad de la persona: sentimientos, pensamientos, actitudes. Dos torrentes de vida entran en contacto y suman su caudal; en esa relación no tiene sentido el cálculo de beneficios, no hay lugar para querer prevalecer por encima del otro, y los juegos de poder se disuelven porque no es importante tener razón o llevar el control. Lo relevante en la escucha de corazón es ser partícipes, sentirse compañeros, abrazar la ocasión de un encuentro para darse la oportunidad de un descubrimiento.
Dos personas que se expresan y escuchan con el corazón se relacionan como si fuera la primera vez, con la espontaneidad de quien sabe que se puede encontrar sorpresas, y con la autenticidad de quien no tiene nada que ocultar. No se hacen trampas con las expectativas, y suspenden los juicios previos que cada uno pueda tener, porque siempre son engañosos. Tanto las expectativas, que nos hacen fijar la mirada en el futuro, como los prejuicios, que tienen su raíz en el pasado, nos impiden mantener la atención en el presente, que es el escenario en el que se desvela la realidad más auténtica de dos personas que quieren poner en práctica la escucha con el corazón.
La Misión de 2020 nos invita a escuchar con el corazón cada vez que se nos brinde la oportunidad. Sin duda, aceptar este reto nos pone en sintonía con quienes nos rodean y con nosotros mismos, y nos abre las puertas a una relación más armónica con el medio en que nos relacionamos.